domingo, 23 de septiembre de 2012

Etapas.

Domingo, frío, nubes y lluvia. Se acabó el verano. Se acabaron los días eternos y las noches infinitas. Ahora vuelven los horarios y la rutina. El frío, los resfriados y el correr para llegar a casa cuanto antes.
Tendemos, pienso, a infravalorar el otoño, el invierno... El frío en general. A mi me gusta, soy así de rara. El pijama de invierno, las bufandas, los guantes, los gorros, el edredón de plumas... ¡EL EDREDÓN DE PLUMAS! Y la compañía. el juntarse para hacer "calor". Respirar aire frío, salir a la calle... ¡Bendito frío! Ya empezaba a echarlo de menos, y a echar de más el verano.

El caso, que no venía hoy a escribir de lo mucho que me gusta frío. Siempre he odiado los Domingos. Son realmente inútiles. Son esa mezcla de meta y precipicio: Se acabó la semana, pero sin acabarse del todo. Y ahí está la siguiente, ya viene, pero aún no llega. Son realmente odiosos. Hoy es un Domingo especial, o más raro aun mejor dicho. Mañana empiezo la Universidad. Estoy a unas horas de irme ya, y la morriña que tengo es increíble. Todo llega. Echaré en falta muchas cosas de mi día a día, pero tengo ganas de conocer cosas nuevas, de al fin salir de esto. De empezar a valerme por mi misma un poco más.

Me espera Salamanca. Soy amante perdida de mi ciudad, Ávila, pero las tierras charras las llevo en parte en la sangre. He pasado mucho tiempo allí y tengo un cariño especial a esa ciudad. Es tan mágica y perfecta... Tengo ganas de conocerla más aún, de perderme en ella.

Seguro que todo irá bien, desde allí arriba me cuidan y me siguen donde voy. No me faltéis.

A los que os dejo aquí, me tendréis demasiado a menudo, 98km no es nada.

Gracias verano por todo lo que me has dado (más de lo que pensaba). Y sobretodo, GRACIAS ÁVILA por hacerme mayor, por prepararme para conocer más cosas.

Mi edredón y yo nos vamos, estamos listos.