Cuesta aceptar las cosas y en cierto modo nos protegemos a nosotros mismos evitando hacerlo. Lo jodido viene cuando no queda más remedio, cuando el puto precipicio está delante de nuestras narices. Justo en el momento en el que ya nada consigue salvarte, en el que las sonrisas se venden caras...y se venden falsas.
"Es lo que hay", así de duro.
Probablemente vuelve a ser injusto, pero eso no es novedad. La novedad es que ya no nos agarran sus manos para no caer. Ya no nos evade esa carcajada. La realidad aprieta, pero su voz no hace que afloje. Faltan sus ojos, sus días, sus planes... Falta todo lo que tiene que ver con ella. Y todo eso es lo que somos nosotros. Nos falta algo, nos falta todo.
Da miedo no saber cómo saldremos de esta, da auténtico pánico sentirse solos, pensar que no vamos a poder.
Tendremos que agarrarnos a que una vez pudimos...
y después, volvimos a poder.
Y ahora... ¿Podremos?
Tal vez. Tal vez sí.
Quizás lo logremos y después, simplemente, toque seguir (sobre)viviendo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario