miércoles, 23 de enero de 2013

"Aquí lo malo en algo bueno se convierte."

Por pura casualidad.
Y es que así aparecen las cosas más grandes: de repente y sin avisar.
Horas y horas de palabras para que, a día de hoy, no haga falta decir nada para saberlo todo. Qué paradójico, ¿no?
Tal vez. Lo que es seguro es que la quiero, de aquí a la segunda a la derecha (ida y vuelta 20 veces, como mínimo).

Y es que ya son muchas las berenjenas que hemos pasado juntas. Por no hablar de las que nos quedan!

Al mundo le suele hacer gracia. Lo que ni saben ni sabrán es que detrás de cada JAJAJA hay una complicidad difícil de explicar. Algo de lo que se ríen, pero que si lo conocieran rabiarían de envidia.

Pequeñas cosas donde hemos ido escondiendo partes de esto... que es tan grande como ella.

Lo que no voy a escribir es cada "gracias" que le debo, porque pasaría aquí días y días... y prefiero invertirlos en acabar con dolores (pero de sonrisas).

Ya lo dijeron ellos: COMO SI HUBIÉRAMOS GANADO POR HABERNOS CONOCIDO.



Y tras eso, se instaló para siempre en mi vida.
Jamás había tenido tanto cariño a un sitio como se lo tengo a Portugal... y eso que no lo conozco.

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